domingo, 1 de mayo de 2011

ESTA SEGURO DE SUS RECUERDOS?


LOS TRUCOS DEL CEREBRO

¿Está seguro de sus recuerdos?

  • La memoria verdadera y falsa se relaciona con la materia blanca cerebral
  • Aún estamos muy lejos de poder determinar si un recuerdo es cierto o erróneo
Actualizado lunes 17/08/2009 09:21 (CET)
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JOSÉ RAMÓN SUÁREZ

MADRID.- Tras estas vacaciones le vendrán recuerdos de la época estival. ¿Serán ciertas esas evocaciones? La respuesta está en la materia blanca de su cerebro, en las propiedades de su microestructura, íntimamente relacionadas con la formación de falsos recuerdos, tal y como han demostrado autores españoles en una investigación publicada en 'The Journal of Neuroscience' target=_blank>'The Journal of Neuroscience'.

"Cada vez que evocas un recuerdo lo estás volviendo a almacenar, la memoria es muy reconstructiva y no es un proceso perfecto", explica Antoni Rodriguez-Fornells, miembro de la Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançat (ICREA), y uno de los investigadores del estudio. De manera que nuestros recuerdos pueden ser verdaderos, pero también falsos.

Para comprobar si la tendencia a tener falsos recuerdos se debe a la estructura del cerebro, el equipo de Lluis Fuentemilla, principal autor del estudio, probó a inducir esas evocaciones incorrectas en 48 estudiantes de la Universidad de Barcelona, con una edad media de 22 años.

Primero les leyeron varias listas de palabras relacionadas semánticamente (mesa, sentarse, patas, asiento, sofá, escritorio, taburete....y así hasta 14 voces similares). Después, les preguntaron qué palabras recordaban y si entre ellas estaba una palabra 'señuelo', que no había sido mencionada previamente en esa lista (silla, en este caso).

Dos áreas del cerebro

Rodríguez-Fornells, doctor en Psicología, comenta que posteriormente les realizaron una resonancia magnética "donde se mira la difusión de las moléculas de agua en el cerebro y se correlacionaban unos resultados con otros". Los que recordaron más palabras señuelo tenían mayor propensión a los recuerdos falsos (curiosamente, el 75% de los participantes decía haber escuchado la palabra fantasma).

La materia blanca cerebral está compuesta por fibras nerviosas (axones) cubiertas de mielina, un tipo de grasa que le da su aspecto blanco y que incrementa la velocidad de transmisión de las señales nerviosas. Según el estudio, la tendencia a generar recuerdos verdaderos y falsos está relacionada con las diferencias individuales en esta sustancia blanca cerebral. Es decir, los recuerdos auténticos se asocian con un haz de sustancia blanca que conecta las zonas del hipocampo y el parahipocampo, dos estructuras vinculadas al recuerdo y el almacenamiento de memorias. En cambio, la tendencia a generar falsos recuerdos se vinculó con otro haz de sustancia blanca (el fascículo longitudinal superior) que conecta estructuras fronto-parietales que han sido relacionadas en otros trabajos de resonancia magnética funcional con las falsas memorias.

Plasticidad del cerebro

La relevancia clínica de estas conclusiones vendría dada por la posibilidad de que, a largo plazo, se pueda entrenar el cerebro para inducir cambios en la materia blanca, de manera que se logre reducir los falsos recuerdos en los procesos memorísticos.

Hasta hace poco se creía que, a partir de una cierta edad, el cerebro mostraba pocos cambios; sin embargo, el doctor Rodríguez-Fornells aclara que hay algunos estudios que hacen pensar que en el futuro "se pueda trabajar para aumentar o disminuir ciertas partes de sustancia blanca o gris", de manera que haya existir opciones de neurorehabilitación en la memoria.

Sería interesante saber si, por ejemplo, cuando una víctima identifica a su agresor en un rueda policial de reconocimiento es porque le recuerda bien o porque quiere creerlo, aunque no sea realmente esa la persona. De hecho, el estudio de los recuerdos falsos ha sido ampliamente estudiada en el terreno judicial por el impacto que puede tener en el testimonio de víctimas y testigos.

"Estamos muy lejos de poder saber si alguien está evocando un recuerdo verdadero o falso,ahora mismo es imposible", reconoce el investigador. Porque, además, "en el fondo no es una mentira, no es algo que estés produciendo de forma explícita, sino que es más bien una distorsión de tu propio proceso de memoria".

LA PREOCUPACION Y LOS FALSOS RECUERDOS

Una nueva investigación descubre los mecanismos cerebrales del circuito del miedo


Científicos norteamericanos han descubierto, a través de las imágenes de resonancia magnética funcional de los cerebros de 40 voluntarios, que no sólo los hechos emotivos que nos ocurren tienen un espacio relevante en la memoria, sino que la mera preocupación por lo que va a ocurrir se graba en el cerebro con la misma intensidad que un recuerdo negativo real, incluso antes de que ocurra. Es decir, la preocupación puede convertirse en el recuerdo de un hecho que todavía no ha ocurrido. Cuando algo nos preocupa, se activa un “circuito del miedo” que amplifica el miedo a volar o a hablar en público y condiciona así nuestros comportamientos futuros. Sin embargo, al descubrirse qué regiones del cerebro participan en esta reacción, es posible que las personas que sufren algún tipo de desorden post-traumático no se vean invadidas continuamente por recuerdos terribles de hechos que nunca han sucedido. Por Yaiza Martínez.



La preocupación es capaz de crear falsos recuerdos en la memoria
Numerosas investigaciones a lo largo de la historia de la psicología han demostrado que los hechos más emotivos que nos acontecen quedan grabados con mayor profundidad en nuestra memoria. Ahora, un nuevo estudio ha descubierto que la mera anticipación o preocupación acerca de algo que va a ocurrir hace que esta experiencia se convierta también en un recuerdo importante que condiciona comportamientos futuros.

Los acontecimientos emocionalmente perturbadores –tales como una agresión o la muerte de un ser querido- se imprimen en nuestra memoria de manera mucho más profunda que los hechos cotidianos.

Estudiando este fenómeno, investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison descubrieron que la mera anticipación de una situación horrible o angustiosa puede activar dos regiones cerebrales relacionadas con la formación de recuerdos, incluso antes de que dicha situación se produzca, informa en un comunicado el Waisman Center, lugar en el que se ha realizado el estudio.

El descubrimiento implica que el simple acto de la anticipación juega un papel sorprendentemente importante en la formación de la memoria humana y en la forma en que la memoria mantiene frescos nuestros recuerdos.

Posibles aplicaciones

Los resultados del estudio han sido publicados en el último número de Proceedings of the National Academy of Sciences y, según los científicos, tienen importantes implicaciones para el tratamiento de ciertas condiciones psicológicas, como los desórdenes de estrés post-traumático y de ansiedad social, que a menudo se caracterizan por ocasionar en los individuos que los padecen recuerdos intrusivos o “flashbacks” acerca de los hechos traumáticos.

El director del estudio, Kristen Mackiewicz, señala que la investigación se hizo por motivos clínicos, para intentar comprender mejor la formación de recuerdos en estos casos y aplicar tratamientos más apropiados.

Pero también se ha convertido en el inicio de una nueva línea de trabajo acerca del papel de la anticipación en los desórdenes emocionales y clínicos, comenta otro de los autores del estudio, Jack Nitschke, profesor asistente de psiquiatría y psicología de la universidad de Wisconsin-Madison.

Al mismo tiempo, el estudio arroja nuevos interrogantes sobre la naturaleza de la memoria, ya que como hemos publicado en otros artículos, la memoria puede apropiarse de los recuerdos de otros, es posible implantar falsos recuerdos en la memoria, y sabemos que el cerebro es capaz de inventar recuerdos de hechos que nunca ocurrieron.

Cadena de recuerdos

Como ejemplo, una persona que tenga miedo de hablar en público o de volar en avión sentirá ansiedad cada vez que tenga que hacerlo. El estudio sugiere que cuanto más tiempo pase pensando en su próxima intervención o próximo vuelo, la memoria de dicha preocupación quedará más fuertemente grabada cuando haya pasado, lo que a su vez provocará que la siguiente anticipación sea aún más angustiosa…

Existen dos áreas cerebrales clave en el cerebro que se activan cuando una persona anticipa una situación difícil: la amígdala y el hipocampo. Los científicos creen que la amígdala esta asociada con la formación de los recuerdos emocionales, mientras que el hipocampo ayuda al cerebro a formar recuerdos de larga duración.

Los investigadores analizaron la actividad cerebral de 40 voluntarios sanos con la tecnología de imágenes de resonancia magnética funcional o FMRI, que produce imágenes de alto contraste del tejido humano y permite la detección e identificación de áreas del cerebro durante su actividad. Esta tecnología mejora las imágenes tradicionales de resonancia magnética, que únicamente aportan una visión anatómica del cerebro.

Memoria más profunda

Durante la investigación, se mostraron a los voluntarios dos tipos de señales. Una de ellas, neutral, pero la otra indicaba que algún tipo de fotografía horripilante aparecería a continuación. Se trataba de fotos muy explícitas de cuerpos sangrantes y mutilados.

Treinta minutos después de que los investigadores mostraran estas imágenes violentas, les preguntaron a los participantes cómo las recordaban. Descubrieron que cuanto más se había activado la amígdala y el hipocampo durante la señal de anticipación mejor podían los 40 voluntarios describir las fotos que acababan de ver.

Dos semanas después del experimento, los científicos volvieron a medir cómo recordaban estos mismos participantes dichas imágenes, y descubrieron que aquellas personas que mejor memoria tenían aún de ellas eran las que durante el registro de su actividad cerebral mientras veían las fotos, dos semanas antes, habían mostrado la mayor actividad en la amígdala y el hipocampo en las imágenes de resonancia magnética funcional.

De este hecho, los científicos deducen que la anticipación a una situación de desasosiego probablemente enciende un “circuito de miedo” en el cerebro, lo que a su vez ayuda a reforzar viejos recuerdos y propicia la grabación profunda de los nuevos. La intención de los investigadores es conseguir que, en el futuro, se pueda desactivar esa respuesta en los pacientes, de manera que éstos no evoquen con tanta facilidad recuerdos negativos.